domingo, 6 de mayo de 2018


BUSQUEMOS CONMEMORAR BICENTENARIO
DE MARX... MARXISTAMENTE

Camilo Valenzuela
CDMX, 5 de mayo de 2018

A Marx le repugnaban los que convertían el naciente socialismo científico en sagradas escrituras, repetían citas como los creyentes y clérigos lo hacen con la Biblia u otras escrituras de otras religiones. Con sentido del humor se deslindaba de esta actitud dogmática, diciendo que él no era marxista.
Marx remarcaba que el alma de esa teoría del proletariado era el análisis concreto de las situaciones concretas y, de cara a ello debía desprenderse el qué hacer, el cómo hacer, el con quién y cuándo, porque esa teoría y ese análisis era una guía para la acción creativa y concreta.


I
Marx y Engels sentaron las bases de una teoría para entender la esencia y mecánica del capitalismo, a partir de su leimotiv que es la extracción de plusvalía y la máxima tasa de ganancia. Ubicaron su lugar en la evolución de la humanidad, lo que implicó una reinterpretación de la historia desde la etapa que representaba ese sistema económico social, entonces inicial…
Por lo demás, ese es el método del análisis histórico: desde la actualidad que se vive se reinterpreta el pasado y se atisba el futuro, actualizando paradigmas-programas y estrategias, para luchar por construir el futuro, según concepciones e intereses de clase-pueblos-naciones que se represente…
Pues bien, ubicadxs en este obscuro inicio de siglo XXI: ¿qué cuestiones habría que resaltar para conmemorar Bicentenario de Marx marxistamente? Es decir, para aportar a generar un pensamiento que, captando el entramado de contradicciones que determinan la dinámica político-social en curso, contribuya a que la clase trabajadora, los pueblos y naciones, la humanidad toda, se esclarezcan retos actuales y los cómo tender a encararlos.
I I
Un primer concepto que debiéramos resaltar para buscar actualizar nuestro pensamiento y práctica, es el de crisis civilizatoria, que ha generado el capitalismo en general, pero que agrava intensa y peligrosamente su medio siglo de capitalismo neoliberal.
La crisis civilizatoria incluye el agravamiento de la crisis sistémica del capitalismo, porque en su período neoliberal ha extremado, con la ciencia y la técnica más avanzada de la historia humana su irracionalidad social cultural y política-militar, incorporando como cuestión de vida o muerte para la humanidad, la destrucción ecológica-ambiental extrema y desbocada… que en breve lapso se puede volver irreversible…
La crisis civilizatoria exige conmemorar a Marx, ubicando el paradigma de la emancipación humana de toda explotación y opresión, enmarcada en el paradigma de defensa de la naturaleza y la vida en el planeta tierra…
I I I
Como para el marxismo, la interpretación de la realidad tiene como propósito transformarla, la cuestión del sujeto del cambio es parte esencial de su teoría política, que en eses inicios del capitalismo ubicaron en la clase obrera industrial principalmente.
Con la evolución del capitalismo, que ha multiplicado la productividad del trabajo, reduciendo la parte proporcional de trabajadores industriales, sometiendo otras formas de trabajo a su dominio y explotación; complejizando la relación entre campo-ciudad y trabajo manual-intelectual, así como el Estado con el que ejerce y reproduce su hegemonía y dominación; la definición del sujeto de cambio histórico definido por Marx y Engels, ha tendido a darle más peso a lo político-estratégico, respondiendo también a las estructuras sociales imperantes en cada proceso revolucionario nacional y/o continental…
Para los Bolcheviques y Lenin el sujeto de la Revolución en el inicio del siglo XX en Rusia, fue la alianza obrero-campesina; para Mao y los comunistas de la China, la alianza del cambio era campesina-obrera; para Gramci, que captó la necesidad de occidentalizar-actualizar la teoría marxista, cuyo desarrollo había sido jalonado por proceso revolucionario ruso hacia cierto Asia-centrismo, el sujeto del cambio en países con capitalismo y Estado mas desarrollados y complejos, sólo podía ser un Bloque Histórico hegemonizado por el proletariado desde la sociedad civil altamente participativa.


I V
Caracterizado el sujeto del cambio, otro reto que la teoría revolucionaria aborda, es definir el contenido programático y lineamientos estratégicos del proceso de lucha, en que aquel ha de desarrollar su capacidad de lucha y organización hasta alcanzar la capacidad para disputar y alcanzar la hegemonía, pasando a ser dominante e iniciando transformaciones para adentrarse en construcción de nuevo Estado y nueva sociedad… que para nosotros debe ser socialista-democrática-igualitaria-ecologista.
En este terreno programático-estratégico, el marxismo nació dando relevancia a la cuestión social y democrática, tanto que su combinación en el desarrollo de lucha-organizativa, dio nombre a los primeros partidos marxistas: socialdemocracia. Téngase presente que el marxismo nació en países del capitalismo central.
En el Partido Socialdemócrata Ruso, construido en el relevo del siglo XIX por el XX, la combinación de la lucha social y democrática siguió siendo relevante, pero se incorporó el debate de la interrelación específica que debería tener en un país con una economía y un Estado no capitalista. Ya es conocida la lucha de tendencias por varios lustros dentro de la socialdemocracia rusa, entre Mencheviques y Bolcheviques…
Con la Revolución de Octubre, el reto de iniciar reconstrucción de un nuevo Estado y las reformas económicas-sociales desde un país capitalistamente atrasado, obligó a Bolcheviques con Lenin a la cabeza, a modificar expectativas porque no se había logrado la Revolución Proletaria en ningún país del capitalismo avanzado, y también a modificar planteamientos recién plasmados en El Estado y la Revolución, publicado en agosto de 1917; modificaciones que expresan la genialidad creativa de Lenin de cara a situaciones no previstas, que García Linera expone en su antidogmática conferencia “El Estado y la Revolución y la Revolución y el Estado”.
V
Desde mediados del Siglo XX hemos vivido un proceso de Latinoamericanización del marxismo, el cual ha combinado varias vetas. Una de ellas fue la Revolución Cubana y su impacto en nuestro continente, colocando con fuerza el tema del peso del imperialismo en nuestro subdesarrollo dependiente, así como el debate sobre las formas de lucha y la vía del cambio, sumando a la clásica de la insurrección, y a la maoista de la guerra popular prolongada, la de la lucha armada guerrillera.
Otra veta muy original de América Latina, fue la Teología de la Liberación, que planteó la viabilidad de asumir la religiosidad popular como factor transformador, encarando el uso conservador que tradicionalmente le había dado las jerarquías eclesiásticas y las clases dominantes, desde la colonización y en las luchas por la independencia.
Una tercera veta fue el desarrollo de la Teoría de la Dependencia, expresión de una concepción de economía política del subdesarrollo latinoamericano, ubicándolo como la otra cara del capitalismo del primer mundo, destruyendo las teorías que generaban la ilusión en que, nuestros países seguirían un desarrollo como aquellos sin necesidad de una nueva revolución de liberación nacional y popular, que las burguesías locales no podían plantearse por su subordinación estructural e ideológica al capitalismo trasnacional.
Este proceso de Latinoamericanizar marxismo, ha conllevado sobreponerse a la carga eurocentrista del marxismo clásico, al marxismo oficial generado desde el Estado Soviético post-Lenin, así como con múltiples “ismos”, como Trotskísmo, Maoísmo, “Albanísmo”…
Un jalón importante en este proceso de creación teórica latinoamericana, lo ha aportado la irrupción de la lucha continental de los Pueblos Originarios: primero con jornadas de discusión acción hacia y en torno a los 500 años de resistencia en 1992, después con la insurrección indígena zapatista en 1994, así como por la lucha político-electoral indígena-popular en Bolivia, que lograron ganar gobierno y están construyendo una nación pluriétnica y pluricultural del Buen Vivir…
La fuerza de esta irrupción de la lucha de los Pueblos Originarios, componente histórico y específico de nuestro continente, ha obligado a valorar cultural y políticamente la cuestión étnico-nacional, que antropólogxs de izquierda venían reclamando desde los setentas, rescatando y enriqueciendo a Mariátegui, quien desde el Perú Indígena-Afro-Mestizo, exigía desde la primera mitad del siglo pasado, que nuestro marxismo no debería ser calca y copia del de Los Clásicos y Soviético.


VI
Hace 200 años nuestro continente vivía un proceso insurgente, buscando sacudirse casi 300 años de conquista y saqueo, para constituirnos como los Estado-naciones que chueco o derecho somos.
El pensador revolucionario que conmemoramos nacía en una ciudad de Europa, el continente de los Estados que nos colonizaban, con toda la destrucción y envilecimiento que se impone a las sociedades y clases sometidas. La conmemoración del Bicentenario de Marx es mundial, expresión de la vitalidad de la teoría del Socialismo Científico, cuyos cimientos fundó junto a su camarada Federico Engels.
Expresión también, de que lxs asalariadxs, la clase para la que pensó y con la que luchó, padeciendo destierros y penurias extremas junto a su familia, lucha desde todas las naciones del mundo contra la explotación mas inhumana a que haya padecido en estos 200 años de capitalismo, con programas-estrategias y alianzas que buscan responder a sus realidades concretas, enfrentando a oligarquías politico-empresariales vendepatrias, integradas como socias subordinadas de corporaciones trasnacionales y países imperialistas encabezadas por EU.
En México y America Latina hemos luchado desde los años setenta contra neocolonización, instrumentada vía dictaduras-guerras sucias, endeudamiento-privatización-tratados comerciales, y una falsa guerra al narcotráfico, que militariza con mando gringo bañando en sangre-atemorizando, para obligar a clase trabajadora-pueblos y mayoría, a soportar infierno de explotación-pobreza y despojo-depredación territorial y ecológica, que el capitalismo neoliberal genera...
En varios países de América Latina se han conformado bloques político-sociales que han quitado gobiernos a camarillas políticas al servicio de gran capital, iniciando reconstrucción del sector social y público de sus economías en función del bienestar de trabajadorxs y sus mayorías, bajo acoso y bloqueo trasnacional coordinado por gobierno de E.U.
En México, la disyuntiva de más desastre y barbarie neoliberal o cambio de gobierno y rumbo, emergió como contradicción y reto principal desde 1988, desde el año pasado tendió a reactivarse-ampliarse con un ánimo social de cambio -al que Peña Nieto llamó mal humor social-, y en lo que va del 2018 se ha conformado como bloque político-electoral amplio en torno a AMLO.
A 2 meses de 1 de julio, danza de encuestas registran una diferencia de intención del voto a favor de AMLO que se tiende a considerar irreversible... Pero ya hemos ganado en las urnas...y la derecha neoliberal no ha tenido límites éticos ni legales para hacer fraude y usurpación. La Izquierda Socialista y movimientos democratico-populares debemos alertar contra esas ilusiones y promover que la ciudadanía se organice para movilizarce a votar masivamente y para defender su voluntad popular, preparando la desobediencia civil-pacífica generalizada de la tigrada, bajo la consigna de

¡NI UN FRAUDE, NI SEXENIO NEOLIBERAL MAS!

PREPARAR Y ORGANIZAR EL COMBATE PARTICIPATIVO DE MASAS POR EL GOBIERNO… ES EL MEJOR HONENAJE A CARLOS MARX, QUE FUE UN LUCHADOR POLÍTICO POR LA DEMOCRACIA Y EL SOCIALISMO!

En el bicentenario del nacimiento de Carlos Marx
Ciudad de México, a 05 de mayo de 2018

No hay comentarios:

Publicar un comentario