BUSQUEMOS CONMEMORAR
BICENTENARIO
DE MARX... MARXISTAMENTE
Camilo Valenzuela
CDMX, 5 de mayo de 2018
A Marx le repugnaban los que
convertían el naciente socialismo científico en sagradas
escrituras, repetían citas como los creyentes y clérigos lo hacen
con la Biblia u otras escrituras de otras religiones. Con sentido del
humor se deslindaba de esta actitud dogmática, diciendo que él no
era marxista.
Marx remarcaba que el alma de
esa teoría del proletariado era el análisis concreto de las
situaciones concretas y, de cara a ello debía desprenderse el
qué hacer, el cómo hacer, el con quién y cuándo, porque esa
teoría y ese análisis era una guía para la acción creativa y
concreta.
I
Marx y Engels sentaron las
bases de una teoría para entender la esencia y mecánica del
capitalismo, a partir de su leimotiv que es la extracción de
plusvalía y la máxima tasa de ganancia. Ubicaron su lugar en la
evolución de la humanidad, lo que implicó una reinterpretación de
la historia desde la etapa que representaba ese sistema económico
social, entonces inicial…
Por lo demás, ese es el
método del análisis histórico: desde la actualidad que se
vive se reinterpreta el pasado y se atisba el futuro, actualizando
paradigmas-programas y estrategias, para luchar por construir el
futuro, según concepciones e intereses de clase-pueblos-naciones que
se represente…
Pues bien, ubicadxs en este
obscuro inicio de siglo XXI: ¿qué cuestiones habría que
resaltar para conmemorar Bicentenario de Marx marxistamente? Es
decir, para aportar a generar un pensamiento que, captando el
entramado de contradicciones que determinan la dinámica
político-social en curso, contribuya a que la clase trabajadora,
los pueblos y naciones, la humanidad toda, se esclarezcan retos
actuales y los cómo tender a encararlos.
I I
Un primer concepto que
debiéramos resaltar para buscar actualizar nuestro pensamiento y
práctica, es el de crisis civilizatoria, que ha
generado el capitalismo en general, pero que agrava intensa y
peligrosamente su medio
siglo de capitalismo neoliberal.
La crisis civilizatoria
incluye el agravamiento de la crisis sistémica del capitalismo,
porque en su período neoliberal ha extremado, con la ciencia y la
técnica más avanzada de la historia humana su irracionalidad
social cultural y política-militar, incorporando como cuestión
de vida o muerte para la humanidad, la destrucción
ecológica-ambiental extrema y desbocada… que en breve lapso se
puede volver irreversible…
La crisis civilizatoria exige
conmemorar a Marx, ubicando el paradigma de la emancipación
humana de toda explotación y opresión, enmarcada en el paradigma de
defensa de la naturaleza y la vida en el planeta tierra…
I I I
Como para el marxismo, la
interpretación de la realidad tiene como propósito transformarla,
la cuestión del sujeto del cambio es parte esencial de su
teoría política, que en eses inicios del capitalismo ubicaron en la
clase obrera industrial principalmente.
Con la evolución del
capitalismo, que ha multiplicado la productividad del trabajo,
reduciendo la parte proporcional de trabajadores industriales,
sometiendo otras formas de trabajo a su dominio y explotación;
complejizando la relación entre campo-ciudad y trabajo
manual-intelectual, así como el Estado con el que ejerce y reproduce
su hegemonía y dominación; la definición del sujeto de cambio
histórico definido por Marx y Engels, ha tendido a darle más
peso a lo político-estratégico, respondiendo también a las
estructuras sociales imperantes en cada proceso revolucionario
nacional y/o continental…
Para los Bolcheviques y Lenin
el sujeto de la Revolución en el inicio del siglo XX en Rusia, fue
la alianza obrero-campesina; para Mao y los comunistas de la China,
la alianza del cambio era campesina-obrera; para Gramci, que
captó la necesidad de occidentalizar-actualizar la teoría marxista,
cuyo desarrollo había sido jalonado por proceso revolucionario ruso
hacia cierto Asia-centrismo, el sujeto del cambio en países con
capitalismo y Estado mas desarrollados y complejos, sólo podía ser
un Bloque Histórico hegemonizado por el proletariado desde la
sociedad civil altamente participativa.
I V
Caracterizado el sujeto del
cambio, otro reto que la teoría revolucionaria aborda, es definir
el contenido programático y lineamientos estratégicos del
proceso de lucha, en que aquel ha de desarrollar su capacidad de
lucha y organización hasta alcanzar la capacidad para disputar y
alcanzar la hegemonía, pasando a ser dominante e iniciando
transformaciones para adentrarse en construcción de nuevo Estado y
nueva sociedad… que para nosotros debe ser
socialista-democrática-igualitaria-ecologista.
En este terreno
programático-estratégico, el marxismo nació dando relevancia a
la cuestión social y democrática,
tanto que su combinación en el desarrollo de lucha-organizativa, dio
nombre a los primeros partidos marxistas: socialdemocracia. Téngase
presente que el marxismo nació en países del capitalismo central.
En el Partido Socialdemócrata
Ruso, construido en el relevo del siglo XIX por el XX, la
combinación de la lucha social y democrática siguió siendo
relevante, pero se incorporó el debate de la interrelación
específica que debería tener en un país con una economía y un
Estado no capitalista. Ya es conocida la lucha de tendencias
por varios lustros dentro de la socialdemocracia rusa, entre
Mencheviques y Bolcheviques…
Con la Revolución de Octubre,
el reto de iniciar reconstrucción de un nuevo Estado y las reformas
económicas-sociales desde un país capitalistamente atrasado, obligó
a Bolcheviques con Lenin a la cabeza, a modificar expectativas
porque no se había logrado la Revolución Proletaria en ningún
país del capitalismo avanzado, y también a modificar planteamientos
recién plasmados en El Estado y la Revolución,
publicado en agosto de 1917; modificaciones que expresan la
genialidad creativa de Lenin de cara a situaciones no
previstas, que García Linera expone en su antidogmática
conferencia “El Estado y la
Revolución y la Revolución y el Estado”.
V
Desde
mediados del Siglo XX hemos vivido un proceso de
Latinoamericanización
del marxismo,
el cual ha combinado varias vetas. Una de ellas fue la Revolución
Cubana y su impacto en nuestro continente, colocando con fuerza el
tema del peso del imperialismo
en
nuestro subdesarrollo dependiente, así como el debate sobre las
formas
de lucha y la vía del cambio,
sumando a la clásica de la insurrección, y
a la
maoista de la guerra popular prolongada, la de la lucha armada
guerrillera.
Otra veta muy original de
América Latina, fue la Teología de la Liberación, que planteó la
viabilidad de asumir la religiosidad popular como factor
transformador, encarando el uso conservador que tradicionalmente
le había dado las jerarquías eclesiásticas y las clases
dominantes, desde la colonización y en las luchas por la
independencia.
Una tercera veta fue el
desarrollo de la Teoría de la Dependencia, expresión de una
concepción de economía política del subdesarrollo latinoamericano,
ubicándolo como la otra cara del capitalismo del primer mundo,
destruyendo las teorías que generaban la ilusión en que, nuestros
países seguirían un desarrollo como aquellos sin necesidad de una
nueva revolución de liberación nacional y popular, que las
burguesías locales no podían plantearse por su subordinación
estructural e ideológica al capitalismo trasnacional.
Este proceso de
Latinoamericanizar marxismo, ha conllevado sobreponerse a la carga
eurocentrista del marxismo clásico, al
marxismo oficial generado desde el Estado Soviético
post-Lenin, así como con múltiples “ismos”, como Trotskísmo,
Maoísmo, “Albanísmo”…
Un jalón importante en este
proceso de creación teórica latinoamericana, lo ha aportado la
irrupción de la lucha continental de los Pueblos Originarios:
primero con jornadas de discusión acción hacia y en torno a los 500
años de resistencia en 1992, después con la insurrección indígena
zapatista en 1994, así como por la lucha político-electoral
indígena-popular en Bolivia, que lograron ganar gobierno y están
construyendo una nación pluriétnica y pluricultural del Buen Vivir…
La fuerza de esta irrupción
de la lucha de los Pueblos Originarios, componente histórico y
específico de nuestro continente, ha obligado a valorar cultural
y políticamente la cuestión étnico-nacional, que antropólogxs
de izquierda venían reclamando desde los setentas, rescatando y
enriqueciendo a Mariátegui, quien desde el Perú
Indígena-Afro-Mestizo, exigía desde la primera mitad del siglo
pasado, que nuestro marxismo no debería ser calca y copia del de Los
Clásicos y Soviético.
VI
Hace
200 años nuestro continente vivía un proceso insurgente, buscando
sacudirse casi 300 años de conquista y saqueo, para constituirnos
como los Estado-naciones que chueco o derecho somos.
El
pensador revolucionario que conmemoramos nacía en una ciudad de
Europa, el continente de los Estados que nos colonizaban, con toda la
destrucción y envilecimiento que se impone a las sociedades y clases
sometidas. La conmemoración del Bicentenario de Marx es mundial,
expresión de la vitalidad de la teoría del Socialismo Científico,
cuyos cimientos fundó junto a su camarada Federico Engels.
Expresión
también, de que lxs asalariadxs, la clase para la que pensó y con
la que luchó, padeciendo destierros y penurias extremas junto a su
familia, lucha desde todas las naciones del mundo contra la
explotación mas inhumana a que haya padecido en estos 200 años de
capitalismo, con programas-estrategias y alianzas que
buscan responder a sus realidades concretas, enfrentando a
oligarquías politico-empresariales vendepatrias, integradas
como socias subordinadas de
corporaciones trasnacionales y países imperialistas encabezadas por
EU.
En
México y America Latina hemos luchado desde los años
setenta contra neocolonización,
instrumentada vía
dictaduras-guerras sucias, endeudamiento-privatización-tratados
comerciales, y una falsa guerra al narcotráfico, que militariza con
mando gringo bañando en sangre-atemorizando, para obligar a clase
trabajadora-pueblos y mayoría, a soportar infierno de
explotación-pobreza y despojo-depredación territorial y ecológica,
que el capitalismo
neoliberal genera...
En varios países de
América Latina se han conformado bloques político-sociales
que han quitado gobiernos a camarillas políticas al servicio de gran
capital, iniciando
reconstrucción del sector social y público de sus economías en
función del bienestar de trabajadorxs y sus mayorías, bajo acoso y
bloqueo trasnacional coordinado por gobierno de E.U.
En México, la disyuntiva
de más desastre y barbarie neoliberal o cambio de
gobierno y rumbo, emergió como
contradicción y reto principal desde 1988, desde el año pasado
tendió a reactivarse-ampliarse con
un ánimo social de cambio
-al que
Peña Nieto llamó
mal humor social-,
y en lo que va del 2018 se ha conformado como bloque
político-electoral amplio en torno a AMLO.
A
2 meses de 1 de julio, danza de encuestas registran una
diferencia de
intención del voto a favor de AMLO que
se tiende a considerar irreversible... Pero ya hemos ganado en las
urnas...y la derecha neoliberal no ha tenido límites éticos
ni legales para
hacer fraude y usurpación.
La Izquierda Socialista
y movimientos democratico-populares debemos alertar contra
esas ilusiones y promover que la ciudadanía se
organice para movilizarce a votar masivamente y para
defender su voluntad popular,
preparando la desobediencia civil-pacífica generalizada de
la tigrada, bajo
la consigna de
¡NI UN FRAUDE, NI SEXENIO
NEOLIBERAL MAS!
PREPARAR Y ORGANIZAR
EL COMBATE PARTICIPATIVO DE MASAS POR EL GOBIERNO… ES EL
MEJOR HONENAJE A CARLOS MARX, QUE FUE UN LUCHADOR
POLÍTICO POR LA DEMOCRACIA Y EL SOCIALISMO!
En el bicentenario del
nacimiento de Carlos Marx
Ciudad de México, a 05 de
mayo de 2018
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